Lloret de Mar

Lloret de Mar es un municipio de la comarca de la Selva situado en la parte sur de la Costa Brava. El nombre de Lloret de Mar proviene de la palabra romano Lauretum, probablemente por la gran cantidad de laureles que había en la población en aquella época.

Aunque actualmente, Lloret de Mar es conocida de manera internacional por su turismo de playa, Lloret de Mar mantiene su identidad cultural como punto de encuentro de culturas y tradiciones que la han convertido en la población que hoy en día es.

La tradición turística le viene desde la década de los 50 y se ha mantenido viva y activa hasta la actualidad. Dejando más de lado las actividades que antiguamente habían predominado en la población, como son la pesca, la agricultura o el corcho.

Acoge diferentes playas de arena granulada y rocosa. Destacamos las de Canyelles, Fenals, Treumal, Cala Boadella, Lloret y Santa Cristina. Algunas de ellas pertenecen a las entidades de población que forman el municipio de Lloret de Mar, que son las Alegrías, Canyelles, del Hostalet, el mismo Lloret de Mar, Papalús, el Mas Rossell, Sant Pere del Bosc y Santa Cristina.

Sin embargo, la población de Lloret de Mar también cuenta con un patrimonio importante en el sector cultural y natural, como son los poblados ibéricos, castillos medievales, jardines, etc. Además, las actividades deportivas que se pueden practicar en la población también la hacen más atractiva. Entre ellas encontramos tanto actividades de tierra (senderismo o bicicleta) como de agua (submarinismo o kayak).

La población de Lloret de Mar empezó a crecer alrededor del barrio de la playa y el puerto fue cada vez más importante, sobre todo por el contacto con las Américas y la gran presencia de indianos en la población que la hicieron crecer en edificaciones. Entre ellas podemos destacar la casa de Can Garriga, que actualmente acoge el Museo Marítimo. Además, de una notable influencia del artista modernista, que destaca en el cementerio con obras de Puig i Cadafalch, Antoni Maria Gallissà i Soqué y Bonaventura Conill i Montobbio.

No nos podemos olvidar del monumento a la Mujer marinera, que simboliza a todas aquellas mujeres que, a lo largo de la historia, han esperado el regreso de sus hombres del mar. No todas fueron afortunadas y, por la angustia pasada en esta espera, se les dedica esta escultura.