Preparación para una entrevista de trabajo: puntos clave

En cualquier actividad profesional, la entrevista de trabajo es uno de los momentos más importantes de la relación laboral, ya que deberá ser el principio de la misma. Ya sea para formar parte de una plantilla o para obtener algún contrato por obras y servicios, se trata de una situación en la que se pondrán las cartas sobre la mesa, demostrando que se es apto para cubrir el puesto que se ofrece.

Debe tomarse, por tanto, como una operación de marketing en el que el producto que se vende es uno mismo. El éxito de la misión consistirá en lograr que el empleador no solo compruebe que las aptitudes del candidato se adecúan al puesto, sino que su actitud y presencia están también a la altura, convenciéndolo de que la empresa o el proyecto ganará puntos con su contratación.

Para obtener este resultado el candidato deberá tener varios puntos en consideración, preparándoselos a conciencia de antemano para que el día decisorio todos los factores estén a su favor y el encargado de la selección de personal no tenga la más mínima duda de la idoneidad del aspirante.

1.      La presencia estética

La primera imagen que se ofrece es fundamental, por lo que debe estar cuidada al máximo, comenzando por elegir un vestuario acorde, pensando tanto en la importancia del momento, es decir, elegante y pulcro, como en el tipo de empresa a la que se quiere pertenecer, ya que no será lo mismo elegir un atuendo para opositar a un bufete de abogados que para un gimnasio o para una tienda de complementos deportivos.

Como norma general, se deberá ir bien vestido sin pecar de excesivo, con colores poco llamativos, peinado sobrio y con un traje de estilo clásico. La idea con la elección de la ropa es dar a entender que se ha comprendido la política y el estilo de la empresa y se sabe estar en línea con ella.

2.      Prepararse para el tipo de entrevista

Existe un amplio abanico de posibilidades para ese primer momento de contacto entre empresa y aspirante, la diversidad en entrevista de trabajo es una realidad que se debe conocer y preparar a conciencia. Las reacciones y los análisis para calibrar el resultado no serán igual en dependencia del canal elegido (presencial, telefónico o vía online). Así mismo, también se considerarán diferentes aptitudes según el objetivo que la organización pretenda alcanzar.

En definitiva, habrá que conocer que a qué tipo de entrevista se va a presentar para ir más preparado, ya sea según el medio, objetivo, la fase del proceso, según el entrevistador/es, la estructura, el número de entrevistados…

3.      La actitud

A toda entrevista de trabajo se debe ir seguro de uno mismo. No se deberá cometer el error de minusvalorarse o dar a entender que no se es capaz de realizar un determinado trabajo. Es fundamental demostrar confianza, por lo que es aconsejable dedicar un tiempo antes de la entrevista a reflexionar, siempre en positivo, sobre las habilidades, experiencia y conocimientos que se poseen, valorando todos los puntos fuertes que se tienen bien asimilados. El responsable de Recursos Humanos que realiza la entrevista debe salir convencido de lo que pueden recibir del candidato, es exactamente lo que necesitan, alguien con capacidad resolutiva, seguro de sus capacidades, con capacidad para el liderazgo, que no se amilana ante los retos… En definitiva, habrá que aprender a valorarse y conocer la mejor forma de promocionarse como método eficaz para convencer al entrevistador de la valía personal. Del mismo modo, es fundamental que el candidato demuestre educación y respeto hacia los demás, como forma natural en su comportamiento.

·         La marca personal

Para potenciar esta necesaria actitud, durante el mencionado tiempo dedicado a la reflexión antes de la entrevista, habrá que añadir en la preparación de la entrevista, pensar y profundizar en todo aquello que te hace diferente, que supera al resto de posibles peticionarios. La competitividad es un hecho, una realidad que hay que afrontar en todo proceso de selección. Para destacar desde un principio, se debe tener claro qué es en lo que se sobresale, en qué se tienen unas cualidades especiales o una preparación específica y dejar claro al empleador, una vez más, que el puesto por diferencias es para él.

·         Siempre positivo

Aunque ya se ha mencionado brevemente, merece la pena incidir sobre este punto, ya que el optimismo es una cualidad cada vez más valorada por las organizaciones empresariales y, por tanto, por sus encargados en la selección del personal. Siempre que se tenga oportunidad habrá que demostrar una actitud optimista ante la vida y ante la posibilidad de conseguir el empleo. Así mismo, habrá que hablar bien de actividades laborales pasadas, de lo que se aprendió o se creció durante esos empleos. En cualquier caso, habrá que demostrar con esta actitud positiva las ganas que se tienen de formar parte de la empresa y de desarrollar las capacidades en la organización.

·         Ser directo

Como norma general, estas entrevistas disponen de un tiempo determinado para conocer a cada empleado potencial. Si se pretende destacar, lo mejor es no irse por las ramas, sino ser directo y conciso, ofreciendo rápida y claramente la información que se requiere. Como norma general serán los estudios, la experiencia, las cualidades personales… no se trata de controlar la conversación, sino de ser coherente con lo que el entrevistador está solicitando, dejando que sea él quien guíe la conversación. Se ha de ser correcto, agradable, culto y eficaz en las respuestas, sin añadir paja ni elementos retóricos en la entrevista. Dar respuesta, en definitiva, de la mejor forma posible a lo que se está buscando en el postulante.

·         El lenguaje no verbal

Por último, en relación con la actitud que se debe mantener en toda entrevista laboral, además de cuidar las palabras, ser educado y culto, saber manejar un vocabulario extenso y relacionado con el entorno de la empresa, también habrá que dominar los gestos, lo que se dice sin hablar. En este sentido, habrá que ser expresivo sin teatralidad, evitar movimientos excesivamente calculados, repetitivos o nerviosos. También habrá que evitar sentirse intimidado, temeroso, asustado… mirar hacia abajo y no al entrevistador, acurrucarse en la silla o querer terminar pronto la conversación

4.      La adaptación

En toda preparación a la entrevista habrá que demostrar la suficiente flexibilidad a las condiciones del puesto. La empresa valorará muy positivamente la capacidad de adaptación en relación con el horario, a la movilidad, a las acciones relacionadas con el lugar de trabajo que haya que realizar en diferentes épocas del año. Cuantas más opciones se permitan, dando juego a la organización de la compañía para contar con el candidato en diferentes lugares o requerimientos, más cómodo será para ellos, por lo tanto, más fácil será contratar a alguien que posea estas características.

5.      El conocimiento del sector y de la organización

Otro factor más de importancia para las empresas a la hora de la contratación de un nuevo empleado será la capacitación que de por sí ya posee el candidato. Para el empresario es preferible elegir a alguien que ya tenga algo de experiencia en puestos similares, formación relacionada con el sector y entienda los valores y la forma de funcionar de la propia compañía.

Si, como solicitante, no se tiene nada de esto, habrá que hacer un esfuerzo anterior al día de la reunión con el departamento de Recursos Humanos e informarse sobre el cargo que se va a ocupar, el sector donde va a desarrollar la actividad e incluso la historia y trayectoria de la empresa que lo va a contratar. En la entrevista, si llega el momento oportuno, podrás demostrar el conocimiento que se posee, el cual será bien recibido por la compañía.

6.      Respuestas preparadas para preguntas habituales

Es bastante habitual que una serie de preguntas se repitan en las entrevistas de trabajo. Para el interesado es muy útil que, a modo de examen, se las haya preparado y sepa contestarlas de manera eficaz y se supere con éxito esta fase de la entrevista.

Algunas de estas cuestiones son las siguientes.

·         ¿Cómo te describes?       

Posiblemente, el entrevistador pida al futuro empleado que hable sobre sí mismo. La respuesta saldrá de forma instintiva y acertada si, como se ha comentado con anterioridad, se ha realizado un trabajo de introspección previo, en el que se analizan las circunstancias con las que se llega a la entrevista. Es importante, por tanto, conocer las fortalezas y debilidades personales, resaltando lo que se da bien y sabiendo cómo expresarlo.

·         ¿Por qué quieres trabajar aquí?

Otra pregunta muy habitual es la finalidad o el interés por trabajar con ellos. Aquí cobra importancia el estudio previo que se haya realizado sobre el puesto, la empresa y el sector. Se deberán demostrar las afinidades personales con la organización y los valores que se comparten con ella, explicando razonadamente las capacidades que se poseen para el puesto y cómo hará para mejorar el rendimiento productivo de la organización.

·         ¿Por qué vas a cambiar de puesto de trabajo?

En el caso de que se venga de otra empresa, esta pregunta seguro que se realizará. Cuidado porque puede dar lugar a malentendidos, no hay que hablar nunca de forma negativa del equipo anterior, ni de la organización de la que se proviene. Las respuestas más acertadas son de tipo personal, como, por ejemplo: acceder a un empleo más acorde con las capacidades, estar más cerca de la familia, un puesto que ofrece más oportunidades de crecimiento…

Otras preguntas posibles son; ¿Por qué debería ser contratado? ¿Cuáles son los logros en anteriores trabajos? O colocar al candidato ante diferentes situaciones hipotéticas… ¿Qué harías si…?