Ciutadella de Roses Roses
Descubre la Ciutadella de Roses: un viaje fascinante por 2.500 años de historia.
Hay sitios que no sólo se visitan, sino que se viven. La Ciutadella de Roses es uno de ellos. Situada en un privilegiado enclave de la Costa Brava, este espacio monumental no es sólo un yacimiento arqueológico; es un libro abierto de historia, un testimonio silencioso que habla de civilizaciones antiguas, de conquistas y defensas, de fe y vida cotidiana, desde la época clásica hasta el siglo XX.
Declarada Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), la Ciudadela de Roses ofrece un recorrido apasionante por más de veinticinco siglos de memoria viva. Desde el momento en que se atraviesa la puerta principal de esta majestuosa fortificación renacentista, el visitante se adentra en un espacio único, con más de 139.000 m² de patrimonio histórico, arquitectónico y paisajístico por descubrir.
Un tesoro arqueológico en constante evolución
Uno de los grandes atractivos de la Ciutadella es su condición de yacimiento arqueológico activo. Aquí, las investigaciones no se han detenido nunca. Cada campaña arqueológica aporta nuevos datos sobre cómo era la vida en este punto estratégico del Mediterráneo. Y es que Roses, fundada como colonia griega con el nombre de Rhode en el siglo IV a. C., ha sido escenario de múltiples ocupaciones: griegas, romanas, visigóticas, medievales y modernas.
Gracias a un completo itinerario señalizado, se pueden recorrer los vestigios de la ciudad griega y la posterior ciudad romana, donde todavía se conservan restos de calles, viviendas y espacios públicos. También se pueden ver los restos de un edificio otoño-romano o visigótico, conocido como el edificio A, que permite entender la continuidad de ocupación del lugar más allá de la antigüedad clásica.
Santa María y el corazón medieval de Roses
La Ciutadella contiene también uno de los testimonios más significativos de la Roses medieval: el monasterio románico de Santa Maria. Fundado en el siglo XI, este monasterio se convirtió en el centro espiritual y político de la villa, alrededor del cual se desarrolló el casco urbano amurallado.
Hoy en día, sus restos todavía transmiten la fuerza espiritual y el peso simbólico que tuvo en su día.
El esplendor de la fortificación renacentista
Uno de los elementos más imponentes del conjunto es, sin duda, la muralla que cierra la Ciutadella. Construida por orden del rey Carlos V en el siglo XVI, esta gran fortificación de baluartes respondía a la necesidad de proteger el puerto de Roses de los ataques de los piratas berberiscos y de los turcos. Su arquitectura militar, perfectamente adaptada a los nuevos sistemas de guerra de la época moderna, impresiona tanto por su escalera como por su buen estado de conservación.
Más adelante, en el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, la ciudadela fue parcialmente destruida por las tropas napoleónicas. Sin embargo, el espacio se recuperó y, ya entrado el siglo XX, se abrió al público como recinto cultural y patrimonial.
Un museo para entenderlo todo
Para facilitar la visita y profundizar en la historia del conjunto, en 2004 se inauguró el Museo de la Ciutadella, un edificio moderno integrado dentro del recinto. En él, el visitante puede realizar un recorrido cronológico por todas las épocas y conocer, mediante maquetas, audiovisuales y piezas arqueológicas, cómo ha evolucionado este espacio a lo largo de los siglos.
Una visita para todos
La Ciutadella de Roses es mucho más que un conjunto de piedras antiguas. Es una experiencia cultural para todos los públicos: familias, escuelas, amantes de la historia y viajeros curiosos. Las visitas se pueden realizar de forma libre con ayuda de paneles informativos y aplicaciones móviles, o bien con guías especializados que aportan contexto y anécdotas que hacen reavivar el pasado.
Además, durante el año se programan actividades culturales, talleres para niños, conciertos al aire libre y exposiciones temporales que dan vida a este espacio milenario.
Visitar la Ciudadela de Roses es vivir de primera mano la historia del país. Es pasear por una ciudad griega, imaginar la vida de un monje medieval, o escuchar los pasos de los soldados que vigilaban las murallas. Es, en definitiva, conectar con el pasado de una forma única y enriquecedora.
Horario
Invierno
- De octubre a marzo: de martes a sábado, de 10 a 17 h. y domingos de 10 a 14 h.
- Lunes cerrado, salvo festivos: de 10 a 14 h.
- Semana Santa: de 10 a 20 h.
Verano
- Abril y mayo: de martes a domingo de 10 a 20 h.
- Junio y septiembre: de lunes a domingo de 10 a 20 h.
- Julio y agosto: de lunes a domingo de 10 a 21 h.
*Cerrado el 25 y 26 de diciembre, 1 y 6 de enero.
¡Déjate cautivar por su legado y descubre uno de los rincones más fascinantes de la Costa Brava!
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