Un viaje arqueológico en tren desde Francia hasta Barcelona

Tras las huellas de la prehistoria: un viaje arqueológico en tren desde Francia hasta Barcelona
La vía como hilo de Ariadna hacia nuestros orígenes mediterráneos
La costa mediterránea, entre Francia y Cataluña, es un auténtico museo al aire libre para los amantes de la arqueología prehistórica. Gracias a una eficiente red ferroviaria, este corredor temporal se hace accesible durante un recorrido tan enriquecedor como confortable. El TGV y los trenes españoles permiten ahora crear un itinerario ideal para descubrir los tesoros del Paleolítico, Mesolítico y Neolítico, periodos fundacionales que vieron al hombre pasar de la condición de cazador-recolector nómada a la de agricultor sedentario.
La ruta ferroviaria: una columna vertebral eficiente
El viaje se inicia idealmente en París con el TGV InOui que conecta la capital directamente con Barcelona en 6 horas 25 minutos, o desde otras grandes ciudades francesas como Lyon, Montpellier o Perpignan. La alternativa, más adaptada a los arqueólogos que deseen explorar varios yacimientos, es tomar el TGV hasta Narbona y luego seguir la costa en trenes regionales vía Perpignan y Girona, ofreciendo así una considerable flexibilidad.
De las cuevas decoradas a los primeros pueblos: los imprescindibles de la ruta
Las joyas del Paleolítico Superior
Saliendo de París, una primera parada es obligatoria en las cuevas prehistóricas de Ardèche (conexión en Valence y luego autobús). La cueva de Chauvet-Pont d'Arc y su réplica perfecta revelan pinturas rupestres excepcionales que datan de hace 36.000 años. Más al sur, entre Narbona y Perpiñán, la cueva de Tautavel alberga el famoso Hombre de Tautavel (450.000 años), uno de los representantes más antiguos del Homo erectus en Europa occidental.
La ruta catalana y las rutas de la Cataluña española también ofrecen sitios importantes, entre ellos:
- El yacimiento lacustre de La Draga (Banyoles), un notable poblado neolítico de 7.400 años de antigüedad con un estado de conservación excepcional de los materiales orgánicos.
- La Cueva de la Arbreda y la Cueva del Reclau Viver, cerca de Banyoles, accesibles desde Girona en autobús (ocupación humana desde hace -40.000 a -15.000 años).
Expansión neolítica desde el Mediterráneo
Continuando hacia Barcelona, los restos neolíticos se multiplican, testimonio del progresivo asentamiento de poblaciones. No te pierdas:
- La Cueva de la Moleta (Matadepera), con sus evidencias de arte parietal magdaleniense.
- Las minas prehistóricas de Gavà (accesibles en tren de cercanías desde Barcelona), donde se extraía variscita hace 6.000 años.
- El Parque Arqueológico de las Minas de Gavà ofrece una reconstrucción fiel de las técnicas mineras del Neolítico.
El mundo megalítico: entre dólmenes y menhires
Entre 4500 y 2500 a.C. Hacia el año 2000 a.C., las poblaciones neolíticas y luego calcolíticas del corredor franco-catalán construyeron impresionantes monumentos de piedra que hoy marcan nuestro trazado ferroviario. Desde Narbona, una excursión a las Corbières es imprescindible para descubrir el extraordinario complejo dolménico de Saint-Eugène y Laroque (accesible en tren regional hasta Montredon y luego autobús). En Aude, el dolmen de Fades en Pépieux (24 metros de largo), uno de los más grandes de Francia, ilustra el ingenio arquitectónico de los constructores de finales del Neolítico.
Entrando en Cataluña, el corredor del Empordà ofrece una concentración excepcional de monumentos megalíticos, entre ellos:
- El conjunto megalítico del Alt Empordà (desde Figueres, 20 minutos en autobús), con sus dólmenes de paso como el de Barranc o el de la Creu d'en Cobertella, datados del IV milenio antes de Cristo.
- El Dolmen y Menhir de Quer Afumat de Capmany (III milenio antes de Cristo), accesibles en lanzadera desde la estación de Figueres-Vilafant, son testigos de cultos líticos mediterráneos.
Estos enigmáticos monumentos, asociados a prácticas funerarias y astronómicas, constituyen las primeras arquitecturas monumentales de Europa Occidental. La línea ferroviaria sirve idealmente a esta “ruta del megalito”, permitiéndonos comprender cómo las culturas neolíticas transformaron permanentemente los paisajes mediterráneos y organizaron sus territorios en torno a estos marcadores simbólicos e identitarios.
Los inicios de la navegación por el Mediterráneo
Al llegar a Barcelona, el Museo de Arqueología de Cataluña presenta una colección excepcional de canoas y embarcaciones neolíticas que datan entre el 7000 y el 5500 a. C.
Guía práctica para el viajero arqueólogo
El pase InterRail es una opción rentable para viajes múltiples. Reserve sus visitas a las cuevas con varias semanas de antelación, ya que el acceso suele ser limitado. La primavera y el otoño ofrecen las condiciones ideales para este viaje, combinando un clima agradable y una afluencia moderada de público.
Este viaje en tren bien planificado lo llevará a más de 400.000 años de historia humana en una semana bien planificada, mientras minimiza su huella de carbono. Una manera ideal de comprender cómo nuestros antepasados transformaron gradualmente la costa mediterránea en cuna de civilización.