Lugares picasianos en Horta de Sant Joan

El Hostal del Trompet

En la plaza de Misa se encontraba el Hostal del Trompet, donde se alojaron Picasso y Fernande Olivier el verano de 1909.

En esta segunda estancia, su compañero Manuel Pallares no la acompañó y su madre no le dejó hospedarse en su casa porque Picasso y Fernande no estaban casados. Es por ello que se alojan en el hostal del Trompet, regentado por Antonio Altes.

Una de las anécdotas más conocidas es la que explica que Picasso salió al balcón para espantar unas mujeres puritanas del pueblo que hacían escándalo porque la pareja no estaban casados, lo que para la época era inconcebible.

El Estudio

Picasso, en su segunda estancia, inmerso en lo que ha devenido un nuevo movimiento artístico, se encerró en un estudio que le dejó en el desván de la casa su amigo Tobías Membrado, el panadero.

Este estudio se encuentra en la misma plaza de la iglesia. La pintura que empieza aquí se trata de un trabajo más mental que no sensorial, es decir, no copia lo que ve sino que deforma, realza y corta lo que tiene delante.

Las obras que pinta en Horta son decisivas para marcar el cubismo tal y como lo conocemos hoy. Al marchar, Picasso le regaló dos cuadros a Tobías.

De estas obras de arte no se ha sabido nunca mas nada, probablemente, sin prever lo que podría representar la pintura de estos tiempos, fueron tiradas o aparcadas en un desván.

La Plaza de la Balsa y la Fábrica

Picasso vuelve a Horta en 1909 y pasa cuatro meses. Lo hace acompañado de la Fernande Olivier y una cámara de fotos que inmortalizó las primeras imágenes de Horta.

La Bassa, lo que ahora es la plaza de Cataluña, era un lugar que recogía las aguas pluviales donde abrevaban los animales en las afueras de la población y donde se encontraban molinos de aceite y harina. Picasso, en esta segunda visita inventó aquello que inmediatamente llamó cubismo. Desde la plaza y mirando hacia la cima del pueblo, Picasso ve en Horta el dibujo geométrico que lo inspira a pintar cuadros como el de La fábrica y la balsa.

El Ayuntamiento

Conscientes de lo que Picasso representaba, el Ayuntamiento le dedicó una calle a su nombre en 1967 y lo llamaron hijo adoptivo de Horta. Dos años más tarde, el alcalde de la época y el farmacéutico decidieron ir a visitar a Picasso para agradecerle todo lo que había hecho por Horta.

A sus 87 años, después de 60 años de su segunda visita a Horta, Picasso decidió que daría algunas de sus obras para que se pudieran exponer en algún espacio en el pueblo. Los dos visitantes volvieron a Horta muy emocionados y se pusieron a trabajar y adecuar el desván del Ayuntamiento para exponer las obras. Picasso delegó todo a su amigo Pallarés y fue el hijo de este el que impidió que esta exposición se llevase a cabo.

Con la muerte de Picasso en 1974 y la de Pallarés al año siguiente, Horta perdió La oportunidad de tener el "Museo Picasso- Pallares".

La Taberna

Picasso y la Fernande también se relacionan con gente de Horta y participan de las costumbres y tradiciones locales. Se reunían por las noches en la taberna de Joaquin Antonio Vives a jugar al domino. Solían ser vistos allí hasta la madrugada.

Fernande también iba y eso era un escándalo para la época. Además Fernande solía ganar bastanes partidas y ganaba dinero que en Horta no se lo podía gastar en nada como se ve reflejado en alguna de las muchas cartas que enviaba la joven francesa a sus amigas.

El Centro Picasso

En 1992 se inaugura el Centro Picasso como Museo, acogiendo distintas obras facsímiles de Picasso. Poco a poco se han ido recuperando diferentes exposiciones y obras que corresponden a las etapas de aprendizaje, evocaciones y cubista con el objetivo de mostrar los fuertes vínculos afectivos y plásticos entre el artista y Horta de San Juan.

Santa Babara

La montaña de Santa Bárbara fue el primer lugar al que fueron Picasso y Manuel Pallarès tan pronto llegaron a Horta, a finales de junio de 1898. En una cueva de la montaña pasaron unos días, seguramente allí decidieron pasar el agosto, en los Puertos donde el joven pintor se recupera. La montaña de Santa Bárbara fue pintada por Picasso tanto en la primera estancia como la segunda, cuando hizo varias visiones cubistas.

Uno de los primeros cuadros que Picasso pintó en su segunda estancia en Horta fue un cuadro cubista de la montaña de Santa Bárbara, de forma triangular y que preside uno de los paisajes más visibles desde el pueblo.

La montaña y el convento que podemos ver a sus pies son un emblema a nivel arquitectónico y sentimental para la gente de Horta además de ser punto ineludible de visita para todos aquellos que pasan por el pueblo.

Al cabo de diez años, vuelve por segunda vez y retorna a este espacio para proyectar la sexualidad de Fernande sobre esta montaña.

El convento de San Salvador

El Convento de San Salvador, al pie de la montaña de Santa Bárbara, también fue pintado por Picasso. Destacamos el aceite La procesión al Convento.

La Cueva de Picasso

En la primera visita de Picasso en Horta, los jóvenes Picasso y Pallarès se adentran en la zona de los Puertos y habilitan una cueva que servía de refugio a los pastores como lugar de alojamiento.

Con cuatros víveres y unos lienzos para pintar la naturaleza pasan un mes viviendo en estado casi salvaje. Pallarés era un gran conocedor del territorio y veló por los dos durante esos días en los Puertos. Picasso no olvidó nunca aquella experiencia y su amistad con Manuel duró 75 años.

Desde el espacio que ocuparon como lecho, hoy en día sale un pequeño recorrido que atraviesa bosque y un arroyo que hacen revivir e imaginar la experiencia que hizo cambiar el genio pintor.

Mas de Tafetanes

En el Mas de Tafetanes, Picasso y su amigo pasaron unos días durante la siega del trigo. Picasso pintó un oleo de la pequeña casa y realizó varios dibujos y bocetos de los agricultores en pleno trabajo.

Ayuntamiento de Horta de Sant Joan