Ullà

En sus inicios, Ullà era un pequeño municipio de población dedicada fundamentalmente a la agricultura. Últimamente, su proximidad a Torroella de Montgrí ha hecho crecer el número de habitantes y ha transformado sus características. El término municipal sube hasta la cresta de la montaña de Ullà, que le hace de límite y que, en su punto más elevado, llega a trescientos metros de altura.

A los amantes de la historia les gustará saber que en el pueblo de Ullà había existido una comunidad de monjes agustinos, en un cenobio situado a orillas del Ter del que hoy en día prácticamente no quedan restos. Una antigua crónica explica que, en el verano de 1178, la comunidad fue víctima de un ataque de piratas sarracenos provenientes de Mallorca que habían desembarcado en la costa cercana a Ullà.

La actual iglesia parroquial de Santa María de Ullà se construyó a finales del siglo XVIII y fue bendecida en 1804. Ese mismo año se trasladó la imagen de la Virgen de la Fossa, del siglo XII, una talla de madera policromada de gran interés y valor que merece una visita. La iglesia se encuentra situada en un sitio muy dominante, de espaldas al Montgrí y abierta a la llanura. Los aficionados a la arqueología tienen en Ullà un punto de referencia importante: se trata del yacimiento conocido por el nombre de Cau del Duc, una cueva de la montaña de Ullà situada en un punto cercano a la cresta desde la que se puede disfrutar de una perspectiva magnífica sobre toda la llanura del Ter.