Productos locales del Ripollès

Carnes de crianza

El hecho de que la comarca del Ripollès sea una comarca montañosa dibuja una extensión de prados verdes por donde se pueden ver pastar diferentes rebaños. Los más significativos son los formados por terneras y sus crías, por corderos y potros.

En el Ripollès hay diferentes razas bovinas pero destaca la Bruna de los Pirineos, una fusión entre la vaca autóctona catalana y bovinos de raza Parda Alpina de Suiza.

La ternera del Ripollès se cría al aire libre, en los prados de las zonas, y en las casas de campo de la comarca ubicadas principalmente en Campdevànol, Les Llosses, Pardines, Queralbs, Ribes de Freser, Ripoll y Sant Pau de Segúries para obtener una carne fresca, tierna y de máxima calidad.

Esta se puede distinguir entre la carne de Ternera de los Ganaderos del Ripollès y la carne de Ternera blanca o Rosada, ambas son marcas creadas por la Asociación de Ganaderos del Ripollès.

La oveja ripollesa se ha convertido en otra raza autóctona de la comarca, reconocida en todo el ámbito catalán. Sin olvidarnos del cordero y del cabrito, que también son un símbolo propio de la zona.

Además, varios pastores de la zona crearon una marca de calidad para poner en valor el oficio de pastor y sus productos. Esta es Oví y Cabrum de la Asociación de Pastores del Ripollès.

Otra carne muy valorada que cada vez cuenta con un público más extenso y fiel es la de potro, aunque todavía no hay hábito de consumo estable en Cataluña.

En el Ripollès se dispone, aproximadamente, de unos 850 reses de caballo de raza autóctona de Caballo Pirenaico Catalán, la cual se encuentra en siete comarcas diferentes de los Pirineos y Prepirineo y que se mantiene gracias a la cría de potros.

La patata y las setas

Otro producto singular del Ripollès es la patata o trumfa, que se ha cultivado desde hace muchos años en el Valle de Camprodon y que ahora se produce bajo la etiqueta de la Cooperativa Ganadera de Molló que acoge productores, también, de Llanars y Vilallonga de Ter .

Aunque hoy en día se ha convertido en un alimento apreciado por sus características, antiguamente era un alimento propio de una economía de subsistencia.

La patata o trumfa se cultiva en tierras situadas a 1.000 metros de altitud. Esta altura y las propiedades del suelo y el clima hacen que se cultive una patata rica en nutrientes con un sabor fino de frutos secos y aromas de bosque. La variedad cultivada en el Ripollès es la Kennebec.

También podemos saborear los aromas del bosque a través de las setas. Estas surgen gracias a la ubicación estratégica del Ripollès en una zona pirenaica y pre-pirenaica con precipitaciones durante el verano y un ambiente húmedo.

En los bosques del Ripollès se pueden encontrar todo tipo de setas: rovellons y pinatells, escarlets, ceps, fredolics y camagrocs, entre otros.

Embutidos

El Ripollès no destaca por ser una comarca con una elevada ganadería porcina, aunque hay algunas explotaciones que posibilitan la producción de embutidos de gran calidad.

Estos embutidos se elaboran siguiendo métodos tradicionales que empleaban generaciones pasadas, como, por ejemplo, la curación artesanal. Además, no llevan conservantes artificiales, lo que hace que sean productos singulares y exclusivos.

La variedad de embutidos que elaboran es diversa: butifarra blanca, bulls, fuets, butifarra de huevo, panceta, chorizos, lomo seco ... aunque la característica de la comarca es la llangonisseta del Ripollès.

Este embutido cuenta con una marca propia creada por la Asociación de Carniceros y Charcuteros del Ripollès y se puede encontrar en diferentes municipios, como Ripoll o San Juan de las Abadesas .

Quesos, yogures, requesón ...

Las vacas, las ovejas o las cabras que se pueden encontrar y ver pastando por los prados y las montañas del Ripollès nos ofrecen una leche fresca, con más sabor y de calidad para elaborar todo tipo de productos lácteos.

Siendo conocedores de las particularidades que presenta la leche de estos pastos - vacas, cabras u ovejas -, algunos productores de leche y derivados lácteos han creado la Asociación de Fabricantes Agroalimentarios del Ripollès.

Desde esta asociación elaboran a partir de la leche cruda o pasteurizada y siguiendo, también, métodos tradicionales, diferentes productos artesanales: leche fermentada o kéfir, queso fresco, brossat, requesón, queso madurado, yogur, flan, flan de requesón, tarta de queso y crema de quesos. Todos ellos para chuparse los dedos!

Los principales productores de lácteos del territorio son Quesos Roura-Soler de Sant Pau de Segúries, Mas el Lladre de Les Llosses, queso Herbacol de Queralbs y Mas la Folcrà de San Juan de las Abadesas .

Sin olvidarnos de los dulces...

El Valle de Camprodon y el Valle de Ribes son un lugar idóneo para la producción de miel.

Las flores que esconden estas montañas alimentan a las abejas que permiten, posteriormente, con el néctar que chupan crear, con métodos y procedimientos tradicionales, sabrosa miel.

También el Ripollès se conoce por su tradición en la producción de galletas y dulces. ¿Quién no ha oído hablar nunca de las galletas Birba de Camprodon o de las Carícies de Ripoll?

Panaderías y pastelerías de toda la comarca cuentan con un stock de pasteles, dulces y especialidades variadas. Además, según la zona hay especialidades concretas. En el Valle de Camprodon, además de las galletas Birba, encontramos los almendrados y los cerditos de mazapán, en el Valle de Ribes están los Mets y Daines y en el Baix Ripollès encontramos las Moixaines o Delicias de Ripoll, entre otros.

Ahora, además, el Ripollès cuenta con un producto nuevo y distintivo creado por los panaderos y pasteleros que integran la Asociación de Pequeños Elaboradores Agroalimentarios del Ripollès. Este producto es la "Coca del Ripollès" y se reconoce, entre otras particularidades, por su gusto a especias.